Historia completa
Vitrales
Cada vitral cuenta una historia. En esta colección única, te invitamos a explorar piezas centenarias, trabajadas en hierro forjado y vidrios policromados. Cada ventana conserva el alma de épocas pasadas, con figuras mitológicas, florales o abstractas, llenas de color, técnica y expresión.
"EL FAUNO "
Descripción técnica y artística:
Ventana antigua de hierro forjado, con vitral policromado que representa a un fauno danzante, figura mitológica conocida por su conexión con la naturaleza, la música y los impulsos instintivos del ser humano. El vitro está trabajado a mano con patrones de rosetas y espirales, realzando la escena d, las uniones de cobre dan cuanta de su antiguedad.
Vitral Nº 1

El fauno entre ruinas
Este vitral fue hallado entre los restos de una casona abandonada en las afueras de la ciudad de Buenos Aires , derrumbada hace décadas . La pieza resistió oculta entre escombros, cubierta de polvo pero intacta, como esperando ser descubierta.
Se dice que el dueño original la mandó a hacer como símbolo personal. El fauno —mitad hombre, mitad cabra— representaba para él una lucha interna entre lo racional y lo salvaje. Se rumorea que fue un artista con alma torturada, que veía en esta figura una forma de liberar emociones que no podía expresar en palabras.
Hoy, ese mismo vitral conserva su misterio. La luz que lo atraviesa parece cambiar durante el día, proyectando sombras y colores que dan vida al fauno una y otra vez.


Vitral Nº 2
" El Guardián de las Llamas "


El Guardián de las Llamas
Descripción técnica y artística:
Ventana de hierro forjado con vitral original de época, compuesta por múltiples paños unidos con técnica de plomo. El diseño está enmarcado con motivos dorados circulares y destaca por dos escudos heráldicos en el centro, finamente pintados con detalles simbólicos en rojo, verde, azul y oro. El fondo, trabajado en vidrio traslúcido con forma de diamante, permite un filtrado suave de la luz.
La pieza que no ardió
Hace unos años , un incendio devoró todo el espacio donde se almacenaba nuestra colección. Más de 900 piezas, años de búsqueda y trabajo artesanal, se perdieron en cuestión de horas. Solo una pieza quedó en pie y es esta.
Ni el calor, ni las llamas, ni el colapso de la estructura lograron tocarla. Estaba ahí, intacta, de pie entre cenizas y hierros retorcidos. Nadie supo explicar por qué se salvó, pero algunos creen que fueron los escudos en su interior —símbolos de resistencia y protección ancestral— quienes sellaron su destino.
Desde entonces, este vitral se conoce como “El Guardián de las Llamas”, no solo por lo que representa en imagen, sino por su supervivencia inexplicable. Es mucho más que vidrio y hierro: es testigo de una historia, y símbolo de lo que el fuego no pudo vencer.
